viernes, 1 de noviembre de 2013

¿Somos esclavos de Facebook?

¿Está red social, creada por un nerd de Harvard con fines no del todo éticos, se ha vuelto propietaria de nuestras vidas? Yo creo que sí, mucho más de lo que imaginamos. Si no haz como yo hice e intenta darte de baja. No sólo es demasiado fácil restablecer tu cuenta sino que te conviertes en nadie. Pero eso no es tan malo en sí puesto que, a fin de cuentas, siempre es sano alejarse un rato de los controles sociales (y Fb, amigos míos, es el control social menos sutil, más enajenante y quizá más hipócrita que existe), pero entonces te das cuenta que necesitas comunicarte con otros seres humanos. Debes regresar porque ahí están todos. Lo terrible es que regresas y te sientes más sólo que nunca. ¿Por qué? Yo creo que FB, a pesar de su supuesta apertura democrática, está hecha para satisfacer algunos de los peores aspectos del ser humano. Y con esto no me refiero a que fomente los delitos, pero si encarna nuestra necesidad narcisista, nuestro constante deseo de llamar la atención, nuestras debilidades de carácter y nuestra frustración vital. Pero todo esto elevado a la cuarta potencia, día y noche, sin descanso, en un acto que el académico Bolívar Echeverría llama "codigofagia" o la incesante deglución de hechos a medias, sin digerir y sin posibilidad de reflexionarlos. En un círculo que no tiene final ni principio. Nos olvidamos entonces de comunicarnos realmente con las personas y dejamos que un sistema controle nuestros cerebros, como en la película "Daño cerebral", en donde precisamente una extraña criatura azul se apodera de la mente del protagonista convirtiéndolo en su esclavo.
Claro que no todo es malo. Después de todo casi todos nos sentimos emocionados al principio. Era emocionante encontrar a todos los que habíamos conocido en la vida. Pero en esto también atenta FB. Después de todo ¿quien ha dicho que eso sea adecuado para nuestro desarrollo? Creo qué apareen pequeños signos de cansancio y repetición generalizados. Un día FB deberá dar paso a una red social más evolucionada, un poco como Twitter quizá. Quizá las ideas del filósofo Baruch de Spinoza puedan darnos una pauta. Una forma de comunicación ética en el sentido de no pretender volvernos "yonquis de información", sino en verdaderos transmisores y receptores de ideas y sentidos. Pero se objetará que el ser humano es, en general, tendiente al chisme, a la discusión sin sentido, a la trivialidad y a la presunción; a las adiciones de cualquier tipo y a la enajenación absoluta. Y es obvio que FB es en un ochenta por ciento reflejo de esta parte de la naturaleza humana. Sin embargo, hay también en esta red social un 20 por ciento que vale la pena rescatar y que muchas veces pasa desapercibido. Desde ideas innovadoras a poesía, pasando por acciones sociales no gubernamentales, arte, buena fotografía y conciencia acerca de los derechos de los animales. Justo lo que quizá un día se rescaté de los servidores como pepitas de oro en un río del lejano Oeste.

Mientras tanto no nos queda otra opción que seguir siendo esclavos involuntarios e imaginar que eventualmete, mientras esperamos a ese Godot virtual alienados a nuestras azules pantallas, algo realmente humano ocurra. Ya no que nos libere de la terrible soledad posterior al 2012 (el verdadero Apocalipsis maya), pero al menos nos haga recordar con nostalgia esos momentos en que comunicarnos era realmente hacerlo a pesar de los obstáculos y no al revés, poer tantos obstáculos para comunicarnos cuando debería existir verdadera interacción.